Llega Semana Santa, en unos días estaremos ya cogiendo la maleta para irnos a nuestras ciudades o pueblos de referencia para disfrutar de unos días libres. Quizás tu plan sea quedarte en tu ciudad y vivir intensamente lo que traen estas marcadas fechas. Sea como sea, si hay algo en España que caracteriza el calendario son recetas suculentas propias de cada evento. Y la Semana Santa no podía ser menos. Un amplio abanico de posibilidades para nuestro paladar están ya en las vitrinas de pastelerías y panaderías así como en las cocinas de nuestras madres y abuelas. Y qué decir tiene que no hay dulce o plato de Semana Santa que se precie sin que cuente entre sus ingredientes con una buena dosis de las mejores y más olorosas especias. Hagamos un repaso por algunas de estas recetas de toda la vida.
- Torrijas: no hay Semana Santa que se precie sin este dulce. En el sur, en el norte, vayas donde vayas, encontrarás una torrija a cada cual más exquisita, más sabrosa y con mejor gusto. Además, cada vez más la creatividad toma filas también en lo más clásico y los nuevos pasteleros reinventan este postre que aunque pueda parecer fácil y austero, endulza cualquier boca por exigente que sea.
- Pan remojado en leche, con un chorrito de vino para dar un toque especial en algunas ocasiones. Rebozado ese pan en huevo y freir en aceite caliente. Sin más y sin menos. Y para terminar, el toque magistral, el de las especias: lo más clásico y habitual pero mágico… ¡Canela! No te puede faltar y dará a tus torrijas un aroma y gusto que traspasará puertas y ventanas llamando a todos alrededor de la bandeja.
- Un postre o dulce que de ser algo muy humilde (el origen era aprovechar el pan duro, sumergiéndolo en leche para reblandecerlo y así tener un postre), a que se convierta en un indispensable y deseado bocado que se elabora ya desde cuarenta días antes de la fecha indicada para ir abriendo las ganas.
- Pestiños: la cosa va de fritos en estos días. Es inevitable (aprovecha y a la vuelta, ya te contamos como poner a tono tu cuerpo de nuevo después de los excesos pero una vez al año… no hace daño). Típico típico postre – dulce español que aunque se consume durante todo el año, su punto álgido es en Semana Sana. Fácil, sencillo y económico en su producción y elaboración a la vez que rico.
- Harina, azúcar, vino, limón, semillas de matalahúva (típico de Andalucía, origen de este dulce). Se hace una masa con todo ello y cuando esté en su punto, la ponemos a freír en aceite hirviendo. Una vez frito, abre tu imaginación y emborrízalos con mil, azúcar, canela, anís estrellado.
- Son muy típicos de preparar aún en los pueblos andaluces y de la región de Murcia donde los vecinos se reúnen alrededor de un barreño para elaborar la masa, preparar los fritos y comerlos todos juntos. Hoy en día no hay pastelería que se precie que nos elabore.
- Leche Frita: otro indispensable de estas fechas. No hay Semana Santa sin una buena leche frita sobre la mesa. Clásico, fácil y de los que además, puedes guardar en el congelador para cuando te entren las ganas, solo para freír.
- Harina cocida, leche y azúcar. Ya está, no necesitas nada más para elaborar este rico plato. Haz la masa, déjala reposar, corta en cuadrados y a freír. Una vez lo tienes, endulza con azúcar, con canela y/o vainilla. Deseando ponernos a ello estamos.
- Buñuelos: ¡qué ricos y qué variados! Si, porque los buñuelos son los que más se han abierto a nuevas versiones. Su capacidad de ser rellenables por diferentes ingredientes le han permitido ser el foco de innovaciones a cada cual más original.
- Su base, sencilla: Harina, mantequilla, agua, azúcar y huevos con una pizca de ralladura de limón y sal. Listo. Sólo hay que hacer la masa a fuego lento, deja la masa reposar un par de horas y cuando esté, fríe pequeñas bolitas que con el aceite hirviendo se inflarán. Ahí tienes el buñuelo original.
- Una vez con el buñuelo hecho, ahora solo queda que seas creativo o clásico, según tus gustos. Chocolate, nata, mazapán para los más dulceros, nada para los más clásicos y también versiones saladas para un público más amplio. A partir de ahí, lo que quieras, haz una mezcla que te guste y rellénalos.
Y para terminar, nos alejamos un momento de los dulces para hablar del plato más típico de la Semana Santa. El Potaje de Vigilia no puede faltar en una casa el Viernes Santo. Tanto si sigues las tradiciones religiosas como si no, es el mejor momento para este gran guiso. De vigilia porque se preparaba desde siempre el Viernes Santo que no se puede – debe (según los cánones cristianos) comer carne. Sea como sea, es una gran creación y cualquier excusa es buena para prepararlo. Garbanzos, bacalao, espinacas y las mejores especias como pimienta, clavo, laurel, pimentón dulce, comino molido, sal… ¿puede no estar rico con esta mezcla?
Disfruta de estos días, endúlzate la vida con los mejores postres y desconecta para reconectar contigo mismo.