Cuando hablamos o pensamos en ginebra estamos más que habituados dirigir nuestros pensamientos hacia el ya más que famoso, Gin Tonic y es que consideramos que es el único cocktail que puede crear esta bebida. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que en los últimos año, el Gin Tonic se ha convertido en estrella indiscutible de la coctelería, de los barmans y de las fiestas – encuentros y quedadas más in pero ciertamente, una bebida con tanta fuerza e historia, tiene mucho más recorrido que un único coctail y es que: No sólo de Gin-Tonics vive la ginebra. ¿De qué más vive?
¿Qué es la ginebra?
La ginebra es una bebida alcohólica “blanca” denominada como tal por su elevada graduación y que desde antaño se bebe sola o más habitualmente con tónica (de ahí el ya más que archi-conocido Gin Tonic), puede mezclarse con infinidad de complementos para crear exóticos combinados y mezclas.
De color no blanco sino totalmente transparente (aunque últimamente la podemos encontrar con diferentes tonalidades como azul o rosa), es el resultado de la destilación (proceso artesanal anteriormente y químico en casi todos los casos actualmente) de diferentes cereales como el maíz, el centeno o la cebada principalmente.
Breve historia de la ginebra
De origen inglés, tuvo lugar como la conocemos actualmente como respuesta de los destiladores ingleses de la época (por el 1500) al Genever Holandés, teniendo como resultado un aguardiente pero mucho más intenso, fuerte y con mayor graduación.
De la destilación del centeno, maíz y/o cebada se obtiene la ginebra que conocemos y que llega a nuestras copas. En primer término se fermentan los jugos del grano y después, para obtener ya el aguardiente, se destila el resultado. Posteriormente y a gusto de cada casa de ginebras, se añaden hierbas u otros ingredientes que aportan olor, sabor e incluso, color.
Como curiosidad, podemos destacar que la ginebra se hizo más famosa y salió del entorno masculino gracias a la creación de un famoso cocktail, el Dry Martini que popularizaron las mujeres de la alta sociedad a partir de los años 20 y es que se mezclaban 1 parte de ginebra con 20 de martiny para camuflar el sabor intenso de la primera y aún así conseguir una bebida exótica y con suficiente graduación para tener “resultados”.
Otros cocktails con ginebra
Y es que aunque el Gin-Tonic está más que arrasando desde hace algunos años y sus preparados, opciones y combinados son ya más que conocidos y cada día, gracias botánicos y añadidos extraordinarios podemos disfrutar de copas muy suculentas, no sólo de Gin-Tonics vive el hombre y podemos encontrar diferentes combinados más que ricos.
Archangel
Lo crearon los famosos bar-mans Mcllroy y Boccato del “Milk & Honey” de Nueva York. Es necesario agitar Aperol, pepino y ginebra. El pepino da el toque refrescante mientras que el Aperol el sabor a naranja intenso y un color único. Una mezcla única y muy suculenta. Seco, con tips amargos y también afrutados pero sin duda, refrescantes.
Darksid
Adam Bernabach (director creativo de bebidas de bares de Washington) creó este combinado con ginebra de Plymouth añadiendo Peychaud’s bitters y Cocchi Barolo Chinato (un vino de elevado coste que se parece al vermú dulce).
Es un cocktail especial, ligero y también suave, con toques de anís (que proceden del Peychaud’s bitters) así como un toque más que intenso y aromático. Para decorarlo, dejarse guiar por el Washington Post de la época y añadir un toque de limón y anís estrellado.
Pink Lady
Para conseguir este atrevido y divertido cocktail es necesario mezclar ginebra, limón, granadina y una clara de huevo (lo que lo hace exótico y diferente). Agitar el contenido de la coctelera y tendremos como resultado un combinado atrevido, rosado, intenso a la vez que dulce. Añadir para decorar cáscara de limón, lo que le aportará el toque de color y también cítrico.
Té de ginebra y limoncello
Porque no todo tiene que ser una copa sino que con ginebra puedes elaborar un digestivo para un pequeño chupito después de comer, en el momento del café, este preparado estará rico y se convertirá en un gran momento de tu sobremesa. Mezcla ginebra con limoncello (doble de ginebra que de limoncello) y lo mismo de ginebra que de té (verde o blanco) y al resultado, añade zumo fresco de limón. Al la mezcla final, suma agua con gas y verás el gran sorbo que estarás dispuesto a tomar. Refrescante, amargo pero intenso y exquisito.
Ahora, con estas recetas, sólo falta ponerse a ello e innovar con los mejores ingredientes.