La flor que adorna todos los caminos ahora también en tus cócteles o acompañando a tus bebidas favoritas para dar una esencia y color inigualables. La flor de malva se caracteriza por su color y aroma. La ginebra, el vodka neutro o un vermú son sus perfectos compañeros.
En algunas culturas como la griega o la romana, la planta de la malva era consumida como verdura por sus cualidades nutricionales, ya que contiene diferentes vitaminas (A, B1, B2 y C). Actualmente, sus hojas se suelen comer como verdura cruda o cocinada. Su sabor es bastante suave y sus brotes tiernos pueden sustituir a la lechuga en una ensalada. También se puede combinar con alimentos con sabores más fuertes como el jamón, lo que daría lugar a platos con gustos intensos. Otro de sus usos puede ser el de acompañar a otro tipo de carnes, arroz, pasta o tortilla. Otras nacionalidades como la mexicana o las de los países árabes, donde la gastronomía destaca por el uso de las especias, los preparados como los tacos, sopas o salsas pueden llevar la flor de la malva para potenciar el sabor.
Mézclala con agua hirviendo antes de añadirla a cualquier cóctel, junto a una medida de tu bebida elegida y permítele explotar su sabor y olor. Tres minutos y todo se teñirá de violeta, momento perfecto para crear el resto del cóctel. Cuela la mezcla, añade los demás ingredientes y decora con una flor para un acabado de diez.
En tus cócteles es perfecta para dar un toque sutil y suave, pero también es el perfecto complemento para una copa o preparado de vodka, con tónica y un punto de jengibre. Añade la flor de malva, déjala infusionar en el vodka y pasado unos minutos, añade la tónica. Quedará un sabor único con un aroma muy especial.
Además de ser el complemento perfecto para tus cócteles, ¿sabías que la flor de malva es utilizada en algunas infusiones? Cuando pruebes el té de malva, se convertirá en tu infusión favorita. Decorativa, aromática y multiusos, ¿a qué esperas para hacerte con este ingrediente y disfrutar de bebidas únicas?