Condimento, que no especia, que se extrae al secar una variedad muy determinada de pimientos rojos, los Linneos, originarios de México, Panamá y Perú que Cristóbal Colón trajo hasta España y entregó a los Reyes Católicos como agradecimiento por su ayuda en sus viajes.
Aunque el primero que apareció, o que se trabajó, fue el pimentón picante, la realidad es que hoy en día, sobre todo en España, el más utilizado es el dulce por su versatilidad para toda la cocina y para todos los gustos. Y es que experiencia no le falta, lo usamos desde el S. XVI y está presente en nuestras recetas más emblemáticas y, si no, que se lo digan a una buena paella.
Pero no sólo de paella vive el pimentón. Inclúyelo y notarás la diferencia en tus guisos, esos potentes de diferentes legumbres (garbanzos, alubias, lentejas…) y, por supuesto, no puede faltar en la elaboración de los embutidos que tanto nos entusiasman: un buen chorizo o una sobrasada mallorquina llevan siempre su buena dosis de pimentón.
Y si eres más de pescado, a muchos les va que ni “pintao”. Añade un poquito de pimentón dulce siempre al pulpo, también al rodaballo y cómo no, al bacalao. Si es que, sí o sí, este tarro de pimentón conquistará tu corazón.
Es la esencia de muchos platos españoles, vayas donde vayas, allí lo encontrarás. Además, nosotros te lo ponemos fácil y te lo llevamos a casa ¿A qué esperas para hacerte con ello?