Si te mola innovar en la cocina, prueba con estas sales en escamas tan peculiares.
Por un lado, tienes la blanca, que parece la de toda la vida, pero debes saber que es 100% pura y que no ha sido tratada químicamente.
Y, por otro, encontramos la sal negra tinta de calamar. Muestra este color porque ha sido mezclada con tinta de calamar, la cual le aporta el color pero no el sabor, conservando el sabor salado de la sal.
Ambas tienen un sabor delicado y preciso. Basta con añadir una mínima cantidad para que vistan a tus platos de un toque único.
Estas sales valen tanto para recetas cocinadas como para recetas crudas. Quedan bien en cualquier alimento. Por ejemplo:
- Zamburiñas a la plancha con sal negra tinta de calamar
- Carnes a la brasa
- Pisto casero con huevo poché y sal negra tinta de calamar
- Pescados al horno
- Ensaladas verdes
- Foie
- Verduras a la plancha o a la parrilla
Eso sí, el arte está en cómo se aplica la sal al plato. Se debe añadir justo antes de servir. Aquí van algunos consejos:
- Rompe las escamas con los dedos y espolvorea los granitos resultantes poco a poco sobre la comida. No te pases con la cantidad, o quedará muy salado. Esta sal tiene mucho sabor.
- Si quieres, puede ser un elemento decorativo más del plato. En este caso, añade el cristal de sal completo. Aporta una textura muy crujiente.
Para acabar, te contaremos un secreto. La sal en escamas está ligada a platos gourmet de alta cocina. Con lo cual, podrás presumir ante amigos y familiares de preparar cocina de otro nivel. ¿Te animas?
Llévate a casa sal por un tubo, o mejor dicho, por dos.