Lo que se hace con cariño sabe mejor. Es el caso de la pimienta larga. Viene nada más y nada menos del Sur de Sumatra, Indonesia, donde un grupo de pequeños agricultores ponen toda su atención y cuidado en que esta planta llegue a tu mesa sin perder su esencia.
Imagínate el placer de disfrutar de un condimento que ha sido cuidadosamente sembrado y seleccionado para ti.
Con un sabor que combina lo picante y lo dulzón, la pimienta larga tiene forma de espiga. Alcanza entre los 3 y 5 centímetros. Pero, lo que llega a nuestras cocinas son sus semillas. Estas son de color marrón.
Esta especia tan exótica forma parte de la gastronomía de países asiáticos y africanos. Por ejemplo, de la India, Marruecos, Etiopía o Eritrea.
Y es que ese sabor tan distinguido hace que forme parte de mezclas tan clásicas como el Ras Hanout.
Aún así, la puedes usar en tus platos favoritos también. Es más, lo curioso de este condimento es que alegra el sabor de platos dulces como salados.
Es el fuego de cualquier plato: carne, pescado, cremas, guisos, pastas e incluso postres.
Es decir, va bien en un guiso, pero también en postres con frutas como la pera, la naranja o la manzana.
Ahí lo llevas. Es una especia de lo más apañada. Vale para todo. Es más, te contamos un secreto: ¿sabías que la pimienta negra es el ingrediente secreto del Fondue de queso?
Otro dato curioso: la pimienta larga era una de las especias más codiciadas y caras en la Europa del siglo XVII. Incluso tres veces más cara que su prima, la pimienta negra. Quien la tenía en casa era porque tenía money money.
Por suerte, ahora es más asequible y no hará daño alguno a tu bolsillo.
Estás a un clic de darle un aire exótico a tu cocina. Llévate un trocito de Indonesia y saborealo.